Física, filosofía, pensamientos, música, cine, artes marciales, humor y búsqueda en todos los sentidos____________________
"Hal 9000" es el supercomputador de última generación y verdadero protagonista en la película: "2001 una Odisea en el espacio" de Stanley Kubrick---------------------
"Todos los caminos de bondad conducen a la iluminación y al despertar". Buda
Allá, a finales de los 80 o tal vez principios de los 90, cuando a cada momento muchos nos cuestionábamos por qué, cuando dejamos de conformarnos y sacar de adentro eso de rebelde ¿sin causa? Se le ocurrió a mi primo Carlos la terrible y subversiva idea de festejar la Navidad y hasta cometer el sedicioso acto de poner un arbolito. Por aquel entonces ya el de mi casa había desaparecido entre el olvido, el juego de nosotros, los niños que fuimos sin apenas esa celebración, y el miedo (que nunca es inocente). Vagamos por todo el barrio y fuera de este en busca de un arbolito y sus luces, pero nada, muchos nos decían que ya los suyos no existían, otros temerosos nos cambiaban la conversación y los menos, esos siempre hay en todas partes, nos envolvían con mirada inquisidora indagando - ¿pá que coño quieren un arbolito, ni foquitos de luces? Eso es cosa de burgueses y maricones, aquí lo que hace falta es trabajar y echar pálante esta revolución y seguir sin pestañar lo que diga el comandante invicto, invencible y eterno. Ya estábamos casi a punto de darnos por vencidos cuando uno de la familia con una sonrisa triunfal dijo: -Vamos a casa de Nieve, seguro ella tiene. Y allí nos dirigimos. Ella oía tranquilamente Radio Martí y no se preocupó por bajar el volumen al abrir la puerta y que lo escucharán “los chivas del comité”, nos miró sonriente como si supiera adonde íbamos, nos llevó al cuarto de atrás, ese que da al patio y allí en la misma caja que describes, en el mismo orden que siempre mantuvo esperaban las bolas de colores, las luces y guirnaldas, en fin la esperanza de la alegría de la Navidad que aguardó en una caja de cartón pero que nunca fue enterrada y así aquella Navidad, aun sin permiso porque la felicidad y la alegría no precisa de autorizaciones, el arbolito de tu casa encendió sus luces e iluminó muchas vidas. Muchas gracias y FELIZ NAVIDAD
Allá, a finales de los 80 o tal vez principios de los 90, cuando a cada momento muchos nos cuestionábamos por qué, cuando dejamos de conformarnos y sacar de adentro eso de rebelde ¿sin causa? Se le ocurrió a mi primo Carlos la terrible y subversiva idea de festejar la Navidad y hasta cometer el sedicioso acto de poner un arbolito. Por aquel entonces ya el de mi casa había desaparecido entre el olvido, el juego de nosotros, los niños que fuimos sin apenas esa celebración, y el miedo (que nunca es inocente).
ResponderEliminarVagamos por todo el barrio y fuera de este en busca de un arbolito y sus luces, pero nada, muchos nos decían que ya los suyos no existían, otros temerosos nos cambiaban la conversación y los menos, esos siempre hay en todas partes, nos envolvían con mirada inquisidora indagando - ¿pá que coño quieren un arbolito, ni foquitos de luces? Eso es cosa de burgueses y maricones, aquí lo que hace falta es trabajar y echar pálante esta revolución y seguir sin pestañar lo que diga el comandante invicto, invencible y eterno.
Ya estábamos casi a punto de darnos por vencidos cuando uno de la familia con una sonrisa triunfal dijo: -Vamos a casa de Nieve, seguro ella tiene. Y allí nos dirigimos.
Ella oía tranquilamente Radio Martí y no se preocupó por bajar el volumen al abrir la puerta y que lo escucharán “los chivas del comité”, nos miró sonriente como si supiera adonde íbamos, nos llevó al cuarto de atrás, ese que da al patio y allí en la misma caja que describes, en el mismo orden que siempre mantuvo esperaban las bolas de colores, las luces y guirnaldas, en fin la esperanza de la alegría de la Navidad que aguardó en una caja de cartón pero que nunca fue enterrada y así aquella Navidad, aun sin permiso porque la felicidad y la alegría no precisa de autorizaciones, el arbolito de tu casa encendió sus luces e iluminó muchas vidas.
Muchas gracias y FELIZ NAVIDAD
Tu amigo de siempre Osvaldo Armando López Sánchez
Muchas gracias compadre! No agrego ni una coma me ha emocionado tu relato. Un abrazo
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